Entre 2018 y 2019, durante el primer mandato de Donald Trump, los aranceles afectaron productos por un valor de aproximadamente $380 mil millones. Sin embargo, en su segundo mandato, la cifra ya ha superado los $1.4 billones solo hasta abril, lo que ha provocado una gran agitación para los negocios de comercio internacional, en especial para los dropshippers.
Cualquier empresa que haga envíos a EE. UU. desde Canadá, México o China ya ha sentido los efectos de estas políticas, y todo apunta a que vendrán más cambios.
El principal problema: la pérdida del De Minimis
Aunque los nuevos aranceles (como el 10% base sobre todas las importaciones, impuestos especiales sobre autos, acero y aluminio, y aranceles sorprendentes del 46% para Vietnam y 49% para Camboya) están en todos los titulares, hay un cambio fiscal aún más preocupante para los dropshippers: la posible eliminación de la exención de minimis.
Esta exención permite que cualquier envío hacia consumidores o negocios en EE. UU., con un valor inferior a $800 por persona por día, ingrese sin pagar impuestos ni aranceles. Es una política bipartidista diseñada para beneficiar a pequeñas empresas y consumidores de ingresos bajos.
Pero ahora, esta ventaja podría desaparecer, al menos para importaciones provenientes de China y Hong Kong. El presidente Trump eliminó la exención el 4 de febrero, la restableció al día siguiente, y se espera que quede eliminada definitivamente a partir del 2 de mayo. Esto ha obligado a muchos dropshippers a replantear por completo su modelo de negocio.
Los dropshippers están abandonando a China
La solución más rápida para muchos dropshippers ha sido buscar proveedores en otros países. Algunos han migrado su producción a lugares como Pakistán, donde los costos son bajos y los aranceles, por ahora, inexistentes. Sin embargo, no todos tienen los contactos o la infraestructura para hacer este cambio, especialmente quienes dependen de plataformas como AliExpress, cuyo epicentro está en China.
Además, ciertos productos no pueden encontrarse fácilmente fuera de China, y cuando se encuentran, el precio suele ser mucho más alto.
¿Aumentará la producción en EE. UU.?
El objetivo de estos aranceles es reducir la dependencia de las importaciones extranjeras y motivar a las empresas estadounidenses a fabricar localmente. Pero, ¿esto es realmente viable?
Como mencionó un usuario en el foro r/Entrepreneur de Reddit:
“Como empresa en EE. UU., cuanto más alto sea el costo de importar, más considerarás fabricar localmente. En teoría es una buena idea. En la práctica, muchas compañías ya intentaron fabricar en EE. UU. y no encontraron la habilidad o el interés necesario en los trabajadores.”
Así, muchas empresas simplemente optarán por asumir el costo adicional o aumentarán los precios para trasladar esa carga al consumidor.
¿Qué opciones tienen los dropshippers?
A pesar del panorama incierto, existen alternativas viables. Algunas plataformas enfocadas en proveedores locales podrían representar una solución temporal o incluso permanente para algunos negocios:
- SaleHoo: una empresa de e-commerce con sede en Nueva Zelanda, pero con una red sólida de proveedores en EE. UU., lo que garantiza envíos rápidos y menos trabas aduaneras.
- Syncee: otra plataforma que conecta dropshippers con proveedores estadounidenses y ofrece una buena alternativa para reducir la dependencia del mercado asiático.
El dropshipping internacional se encuentra en una etapa de profunda transformación debido a las políticas arancelarias de EE. UU. Para los emprendedores que dependen de este modelo, adaptarse rápidamente será clave para sobrevivir en un entorno que cambia con rapidez. Buscar proveedores locales, diversificar mercados y replantear estrategias de precios son pasos urgentes que marcarán la diferencia entre el éxito y el fracaso.